Los videojuegos estimulan el desarrollo de los niños e incluso pueden ser educativos si se utilizan con responsabilidad.
El uso responsable de este tipo de dispositivos no tendría por qué significar un problema en el sueño de nuestros hijos, pero somos los padres los que tenemos que marcar las reglas de juego.
Te explicamos por qué los videojuegos pueden perjudicar el sueño, qué tipos son los más dañinos y a qué horas pueden tus hijos disfrutar de ellos.
¿Cuánto tiempo pueden jugar para no sufrir problemas de sueño?
La recomendación de las doctoras mexicanas es que los videojuegos nos se utilicen más de 30 minutos seguidos, ya que al estimular la actividad cerebral pueden generar trastornos del sueño.
Además, los niños, en especial los más pequeños, no deberían jugar a la consola desde dos horas antes de la que normalmente se van a la cama.
En total, el tiempo diario dedicado a los videojuegos no debería superar la hora en los niños menores de cinco años y las dos horas en niños de seis años en adelante.
¿Qué tipo de videojuegos perjudican el sueño?
El gran problema de los padres son los videojuegos violentos, algo que debemos controlar desde el principio. Los niños pequeños no deberían tener acceso a este tipo de juegos y asegurarse de ello es responsabilidad de los padres.
Los videojuegos violentos repercuten en el sueño de los más pequeños porque requieren una mayor concentración y descarga de adrenalina. Además, pueden provocar pesadillas, en especial los que mezclan la violencia con un argumento de terror.
También debemos tener cuidado con los videojuegos que requieren mayor esfuerzo. En concreto, aquellos en los que el niño forma parte del juego. Es el caso de los juegos musicales o de baile. Si bien sí pueden ser muy beneficiosos a cualquier otra hora del día, provocan un exceso de agitación que impide al niño conciliar el sueño con facilidad si permitimos que disfruten de ellos justo antes de irse a la cama.
Un poco de vigilancia no viene mal
El sentido común nos dice que, sobre todo en los niños pequeños, debemos estar alerta y vigilar qué tipo de videojuegos consumen y a qué hora lo hacen para que puedan después conciliar el sueño sin problemas. Lo más aconsejable es que juegues con ellos o estés a su lado. Así no habrá ningún tipo de problema.
Vigila también lo que hacen después de haberse ido a la cama. Echa un vistazo para ver si están ya dormidos, porque muchas veces pueden llegar a pasarse varias horas jugando con móviles o consolas portátiles y por las mañanas no hay quien les levante, con la consiguiente fatiga que supone para ellos al llegar al cole.
El efecto es menor en adolescentes
El efecto que este tipo de entretenimiento tiene en adolescentes es menor que en los niños a la hora de conciliar el sueño, según demuestra otro estudio de la Universidad Flinders en Australia. Según sus autores, aunque la mayoría de los adolescentes que habían jugado a la consola tardaban más en dormirse, la diferencia podía considerarse marginal, pues estamos hablando de pocos minutos.
Eso sí, los expertos australianos confirman la tesis de las doctoras mexicanas, añadiendo que en niños más pequeños el efecto es mayor, por lo que debemos prestar especial atención al uso que los peques de la casa hacen de la consola antes de irse a la cama.
Cuando nuestros hijos sean un poco más mayores, podremos ser más permisivos y dejar que jueguen incluso un rato después de cenar.
Vía@enfemenino.com